My angles caja

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El domingo pasado, fui al mercado. Había planeado comprar solamente frutas y verduras, pero después los vi, arrumados. Entre las bolsas de arroz y las pilas de mandarinas había un corral lleno de varios pollitos chiquititos de todo los colores que brincaban de un lado al otro. Me acerqué y la señora que los vendía, sin decir una palabra, me dio un lindo pollito de color de cobre. El pollito se sentó tranquilamente en mis manos y me miró con texrnura. “Dos por diez soles”, dijo la señora. “Puedes llevarte ese y una pareja.” Me detuve y pensé por un momento antes de responder. Sería lindo tener un par de pollitos para cuidar….Podría criarlos como mascotas y los guardaría en el patio de atrás. Miré a la señora y respondí: “Dale. Dame por favor el pollito más cariñoso que tenga. Los voy a tener como mascotas.” Y con una sonrisa en la cara, la señora cuidadosamente eligió un pollito de color cebada y me lo dio.

Ahí me encontraba con los dos pollitos en mis manos y contemplándolos. Unos instantes después, me di por vencida y suspiré. “OK! Los llevó!” Pagué a la señora diez soles y me los entregó en una cajita.

Favio corral

Favio pollitos

Cuando llegue a casa, encontré a mi hermanito anfitrión en la sala, mirando ansiosamente a la cajita que tenía en mis manos. Sonríe y le señalé para que me siga al patio de atrás donde le mostré el contenido de la caja. “Son hermosos!” exclamó con una gran sonrisa “Tenemos que construirles una casa! Y dicho esto se fue a buscar materiales para construirla

Treinta minutos después, fui al patio de atrás para encontrar los pollitos en el corral, durmiendo dentro de su nueva casita que mi hermanito anfitrión había construido. Había usado una bufanda de su abuela para su cama y una tela para las cortinas. “Y tu abuela sabe que estás usando su bufanda como cama para los pollitos?” le pregunté. “Sí sí, igual ella tiene otra” me aseguró.

Los pollitos parecían muy contentos con su nueva casita. “Cómo crees que deberíamos llamarlos?” le pregunté. Los analizó por unos momentos antes de contestar. “Girasol! Exclamó señalando al pollito de color cebada porque es casi del mismo color de un girasol!”

“OK. Girasol será su nombre entonces. La podemos llamar ‘solcito’ como apodo” le dije. “Qué te parece ‘Henny Penny para el otro?” sugerí. “Siiii! Me gusta!” dijo sonriendo. Y con eso les dimos a Henny Penny y a Girasol su almuerzo y los dejamos descansar y acostumbrarse a su nueva casa.

Prebedsnack

Esa noche hacía más frio que de costumbre así que empaqué a Girasol y a Henny Penny en su caja y los llevé a mi cuarto donde estaba más calentito. Antes de apagar la luz, les di un “refrigerio antes de dormir” de harina de maíz.

Henny Penny

Curious pollitos

La mañana siguiente fui despertada abruptamente por un aleteo de alas y píos. Abrí mis ojos y encontré a Girasol y a Henny Penny posados en la banqueta al lado de mi cama, mirándome con curiosidad, inclinando sus cabezas de un lado al otro. Puffffff refunfuñé,, levantándome de la cama y poniéndolos de nuevo en su caja. Los llevé afuera a su corral y les di su desayuno antes de volver adentro.

Las noches siguientes no hacía tanto frio así que decidí dejar a Girasol y Henny Penny dormir afuera en su corral. También me gustaba la idea de dormir un poco más y no ser despertada por la bulla de los pollitos. Por las mañanas, lo primero que hacía era ir a su corral para ver como estaban y darles desayuno.

Crime scene

Sin embargo, el viernes por la mañana cuando los fui a ver, descubrí un espectáculo que jamás olvidaré. “Bebeeeees! Es la hora de comer!” les decía mientras caminaba hacia su corral. Había un gran Silencio. No escuchaba sus píos. Tal vez seguían durmiendo… pensaba. Cuando llegué al coral vi plumas de color cebada y cobre dispersas por todo el suelo. Mis ojos observaban el escenario frenéticamente buscando a Girasol y Henny Penny. De pronto, mis ojos se detuvieron, ahí en el medio del corral, entre las plumas, había un pie de pollito descuartizado. Jadeé.

Piecito

Me quedé ahí para un rato, mirando al piecito, sin saber qué hacer. Algún tipo de animal debe haberse metido en el corral en el medio de la noche y los mataron. Me sentí terrible. Ellos dependían de mí para estar a salvo y los decepcioné.

Volví a la casa sintiéndome derrotada. Le conté a mi abuela anfitriona lo que pasó y me dijo que lo más probable era que una rata o un gato los haya matado. No mucho tiempo más tarde, mi sobrina anfitriona vino corriendo gritando “Sarita! Tus pollitos están muertos!” “Ya lo sé…” le contesté. “Algún tipo de animal se los comió” dije frunciendo el ceño. “Puedes conseguir pollitos nuevos en el mercado!” exclamó. Levantándola la di un abrazo y respondí “Ya no ya.”

Pollitos on knees
En memoria de Girasol y Henny Penny ❤